Se presenta un paciente con trastorno delirante de infestación tipo primario, que mostró, como característica distintiva a lo reportado en la literatura, buen apego al
tratamiento manifestado por su asistencia puntual a las citas programadas para consulta, inclusive a psiquiatría, y toma adecuada de los medicamentos prescritos. Suponemos que el apego al
tratamiento fue favorecido por los rasgos obsesivos de personalidad. Recibió tratamiento con diversos antipsicóticos, experimentado leve mejoría con quetiapina.